Terror


Es tarde, aunque no mucho mas de lo acostumbrado, cuando me encuentro en mi cuarto relajado y de repente se va la luz. Angustiado por la oscuridad echo mano de un mechero quejumbroso que apenas da luz a la busqueda de una vela. Un pitido insoportable penetra como alfileres en mis oidos. encuentro la vela, por fin, y me calmo. Pero no el pitido al que se le suma la sirena de una ambulancia en la lejania que, poco a poco, se confunde con el chirriante pitido. Solo, a la luz de la vela mirando al techo al fin lo comprendo. Ellos lo intentaron de nuevo. Y lo consiguieron.

Han ganado. Pues este fue mi fin. Solo queda la vela.

No hay comentarios: