Dorado aspecto tenia la caravela española de aquel marino viejo al atardecer. Disfunciones termonucleares en las marismas que acongojan las descacharradas pelvis de los tribulantes.
- Esplendido zorras a estribor. Quien pudiera arrojar las anclas al abordaje de esas naves matronas.
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Salinos son los milores que gobiernan los pinrreles amarillos de aquellos reinos devotos del cordero dorado que con sus diez brazos abarca el ancho universo en una comunion irrealizable por los simios pensantes que pueblan y adoran al cordero. Amen todos sus sabias pergañetas.
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Descalzando todas las lineas de tu cuerpo una a una sin cobardes miradas de deseo que no llevan a ningun sitio.
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1 comentario:
Las miradas no son cobardes, son una muestra de valentia para el que las refleja en otros ojos y una fuente de deseo para el que sabe captarlas,y siempre yevan a algún sitio, el problema es que pocos saben el camino.
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